19 may 2011

Hard Boiled: Violencia in extremis.

por Leonardo Scarano.

Introducción: De la ciencia ficción al sujeto alienado.

Tomando como punto de partida al paradigma (y género) de la ciencia ficción, Hard Boiled plantea una visión crítica de la sociedad en varios y diversos aspectos.

Desde el encuadre mismo de una novela grafica de ciencia ficción, con aspectos y detalles futuristas, y la utilización de la violencia excesiva como recurso narrativo, Frank Miller se encarga de deslizar su particular visión crítica de la sociedad: Como toda obra de Miller que se precie de tal, Hard Boiled, encierra en su trasfondo, en su significante profundo, más allá del plano y planteo argumentativo superficial, una severa crítica social y hacia el sistema que rige los destinos del mundo.

Hay, quizás, una suerte de tendencia en Miller -expresada con mayor fulgor en sus obras de autor- mediante la cual este le agrega a las historias que narra, a su guión aventurero y oscuro, un aura critica. De esta manera encontramos claramente un eje, una visión adicional que esta más allá de la historia en sí, que es, a veces, imperceptible a una primera lectura, pero que puede apreciarse en la lectura en conjunto de estas obras. Como una línea que se va dibujando en un plano en donde siempre hay puntos por agregar.

Simplemente por citar algunos ejemplos que validen lo anteriormente mencionado, y como muestra de esta tendencia, podemos señalar la ardua y a su vez sutil crítica a los medios masivos de comunicación que se desarrolla en su obra magna: Batman: The Dark Knight Returns.

Por otro lado, en la saga de la mujer solado Martha Washington, Give Me Liberty, Miller se encarga de describir, de manera más explícita y exacerbada tal vez que en sus otros comics, los horrores y las crueldades excesivas de las guerras, sumado esto al poder retenido por los monopolios y corporaciones que gobiernan y hacen gobernar a su antojo y beneplácito.

Estas lecturas, lógicamente, son desplegadas más allá del comic en sí y nos sirven como punto de partida en esta introducción. No son meramente el argumento central, pero se escinden del mismo. No están en una viñeta particular, ni en un guiño azaroso de alguna frase o situación, sino que se desarrollan en una lectura del comic en su totalidad, en su conjunto. Se alejan, por lo tanto, del plano en donde la historia encuentra su desarrollo, pero que el autor, con intención o no, suele describir al describir el mundo mismo en donde estas se establecen. Son parte de la realidad, y son parte de la cuota de realismo que se busca aplicarle al comic.

Desde un marco ficcional, desde un punto de partida irreal, podemos decir que Miller encuentra un atisbo por el cual puede incluir una cuota de verdadera realidad, que quizás muchas veces no es percibida de esa forma en la realidad misma. Encuentra el modo de describir y ejemplificar modos y situaciones contradictorias de un modelo de sociedad que, de otro modo, no pueden ser percibidas de esta manera. En la lectura del comic nos topamos con elementos o situaciones que suelen ser comunes y naturales en la vida cotidiana, pero que sin embargo no deberían ser vistas como tales. Lo destacable en este tipo de narración (al margen, repetimos, de la intención o no del autor) es poder apreciar como al describir un rasgo o parte de la sociedad podemos vislumbrar, en esa descripción, las contradicciones y lo critico -y criticable- de esa sociedad que se está describiendo.

Hard Boiled establece, entonces, una crítica radical hacia el sistema mismo y hacia el modo en que este sistema se desarrolla. Plantea, quizás de manera superficial, quizás de manera exhaustiva y análoga, al hombre alienado.

Utilizando esta terminología teórica podemos describir al personaje principal de esta saga, Carl Setz, quien es un otro en sí mismo, alguien que persigue los fines de otro (otro sujeto) como si fuesen sus propios fines. La alienación y/o la enajenación son parte del fenómeno de suprimir la personalidad y la individualidad de un ser, despojar al individuo de su personalidad. Se elimina, por lo tanto, la personalidad y la individualidad del sujeto, controlando y anulando su libre albedrío, su poder de acción y decisión individual para hacer, mediante esto, a la persona dependiente de lo dictado por un otro (sea este otro una persona, estado o entidad superior). El alienado permanece dentro de sí, ensimismado por su desorientación social, dominado por los deseos de un otro, que suelen ser vistos y sentidos -y a su vez perseguidos- como deseos propios. Es un proceso por el cual se logra separar al individuo de su realidad per se.

Siguiendo esta apoyatura teórica se logra apreciar, por otro lado, también oculto en las viñetas, una crítica que va de este sujeto alienado -y enajenado- hacia la familia como institución (dictatorial); hacia la familia tipo burguesa. Uno de los motivos por el cual nuestro personaje principal se encuentra alienado, separado de su realidad, dominado por un otro, es por su familia.

Su familia es (además de las organizaciones sociales y capitales que, luego veremos, también dominan su vida y son parte de esta alienación) el medio por el cual, Carl, es despojado de los medios individuales de pensamiento y albedrio, y dominado en masa para conquistar los fines que su familia le demanda.

Un poco de historia: De inspiración, significantes y significados.

El término hardboiled se acuñó en la primera mitad del siglo XX en los Estados Unidos para aludir a aquellas historias en las que primaba la violencia física, y que solían estar protagonizadas por personajes con muy pocos escrúpulos, mayormente antihéroes, y siempre como una definición supeditada al concepto y genero de la novela negra. Se suele citar como sus primeros impulsores y máximos exponentes a Dashiell Hammet (El halcón maltes y Cosecha Roja, se encuentran entre sus obras más destacada) y Raymond Chandler (creador del afamado detective privado Philip Marlowe), pilares e iconos del género policíaco escrito.

Según se cuenta, Miller se inspiró en la novela de Philip K. Dick “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” (Do Androids Dream of Electric Sheep? de 1968) y en la película que fue, a su vez, inspirada por este relato o que, mejor dicho, se inspiro en él: Blade Runner. Además, también se comenta que en esta amalgama de inspiración se encuentra otro relato de Dick, esta vez un cuento: La hormiga eléctrica (The Electric Ant de 1969)

En Do Androids Dream of Electric Sheep? se cuenta la historia de un cazador de recompensas, quien cuida de una población de androides en una tierra devastada por una guerra nuclear entre naciones. En esta tierra, a priori un futuro no muy lejano, solo quedan (además de los androides) la gente de bajos recursos que, a causa de su eslabón social, no pudo huir de la devastación, y que como si esto no les alcanzase se ve amenazada por los androides que quieren suplantar a todos los humanos de la Tierra.

Hard Boiled: Cuando la violencia se hace viñeta.

Hard Boiled se publico entre los años 1990 y 1993 como una serie limitada de tres números bajo el sello Dark Horse, y supuso el primer encuentro artístico entre Frank Miller y Geoff Darrow, además de su primer trabajo para dicha editorial.

Este comic, alejado de una pretensión argumentativa extrema, de una rotura preconcebida desde el guion, de una narración que predomine sobre la imagen, es una expresión estética inimaginable. Alejado, entonces, del estilo convencional en los comics, nos encontramos ante un espectáculo visual en donde la violencia más brutal se desligada de todo matiz y cobra forma bajo el exagerado y detallista lápiz de Darrow, quien gracias a su peculiar estilo genera la impresión de que el ritmo de la historia es marcado por un dibujo majestuoso que justifica la existencia misma del comic. Darrow tiene por costumbre dibujar hasta la última muesca del último tornillo del rincón más recóndito de la viñeta más oscura, lo cual enlentece sobremanera su ritmo de trabajo (y el ritmo de la narración). Las páginas están llenas de detalles, de exhaustivas descripciones visuales, tanto en los pliegues de las ropas de los personajes como en los abundantes elementos tecnológicos. El detallismo es extremo, rozando a veces lo innecesario, ralentizando (como decíamos antes) la acción. No obstante, esto no es un error de la obra, sino todo lo contrario. El comic entero gira en derredor de los dibujos.

El trabajo del dibujante se destaca a su vez, y más allá de la violencia, por una estética casi fotografía que este consigue transmitir a través de sus dibujos, mediante los cuales nos adentramos en una gigantesca ciudad futurista dotada de los más clásicos elementos de la ciencia ficción. Una ambientación que mezcla la estética vanguardista con otra más sombría y oscura, propia del género negro. Estos detalles se ven aumentados en perspectiva por un color muy bien conseguido que ayuda a transmitir esa sensación de suciedad en una ciudad del futuro engrandecida y devastada: De un estilo barroquísimo, ultra detallista y sobrecargado hasta el último trazo, Darrow es capaz de hacer realidad un nuevo mundo de ficción, decadente; un nuevo universo donde la tecnología lejos de controlar a la sociedad parece alborotarla hasta el extremo.

No obstante, el guión de Hard Bolied (con elementos que entremezclan tramas clásicas de la ciencia-ficción, con el género negro, no policial, sino su raíz más profunda de clímax), está lejos de la simpleza que en un primer momento pareciera mostrar en detrimento del dibujo. La violencia, por instantes absurda, pero siempre extrema (y efectiva), su fino humor negro, y su crítica social oculta y a su vez explicita, puede ser vista como una parodia por parte de Miller hacia el comic americano escrito luego del suceso que significo, en la década de los 80s, la aparición de comics emblemáticos como fueron Watchmen y su Batman: The Dark Knight Returns. La “moda” impuesta por estos comics llevo a una suerte de copia, por el cual un clima de violencia estúpida y gratuita se había apoderado -según el juicio de Miller- del comic que se escribía (y dibujaba) tras una mala interpretación de estas dos obras capitales.

Tanto Watchmen como Batman: The Dark Knight Returns, fueron la vanguardia que años después sería conocida como “dark and gritty” (algo así como lo oscuro y sucio): superhéroes brutales y voraces que hacían cosas fuera de la ley en merced de un buen accionar, en un marco claro y dotado de grandes dosis de violencia: una metáfora de villanos con capa y espada, que se disponen a luchar por el bien común y la libertad.

Hay una conexión evidenciada en el comic, entre Miller y Darrow: plenamente consciente del virtuosismo de su compañero, Miller plantea un guión en el que prima la economía de palabras, en el que el guion es reducido casi en su totalidad. Esto se denota mediante la ausencia de textos de pensamiento, la brevedad de las conversaciones y el laconismo de las frases. Todo esto, en su mixtura, juega un papel decisivo en el premeditado contraste con los dinámicos lápices de Darrow, quien no sólo se detiene en la violencia, sino también en la exhaustiva descripción de un futuro arrasado y fuera de los preconceptos futuristas que primaban la época, atreviéndose a dar salida a páginas cuya composición y ritmo desafían por completo las más básicas convenciones del cómic americano y de la narrativa en general.

A su vez, es menester destacar que Miller es un autor que suele plasmar en sus comics una suerte de juego de obsesiones, los mismos temas son repetidos una y otra vez, con un enfoque similar o completamente diferente en todas sus obras. El control, la lucha por la propia identidad, la defensa del individualismo frente a la masa, la familia como elemento de ese control, el inconformismo y la necesidad de rebelarse, todo eso y más están presentes en un guión redondo que al ser leído en profundidad, se aleja rápidamente de ese preconcepto aparente, de esa extraña parquedad de los diálogos.

La historia que se cuenta en este comic es, al menos a priori, algo simple. No sencilla, sino simple. Carl Seltz es un inspector de seguros felizmente casado y con dos hijos, viviendo de la mejor manera en un futuro dotado de alta tecnología y desprovisto de valores éticos, pero que se verá envuelto en incidentes de naturaleza marcadamente violenta, los cuales perturbaran su tranquila existencia y que lo llevaran lentamente a buscar respuesta que nunca encontrara o que nunca aceptara.

Lo central es que Seltz no es quien piensa que es, puesto que realmente es un robot que se hace llamar Nixon (su nombre verdadero es Unidad 4) creado por la compañía Willeford Home Appliances para eliminar a la competencia sin importar los medios que esto depare. Esta compañía le hace creer (a él y al resto de robots) que son humanos, para poder así controlarlos sin problemas, alienarlos (hasta se le incorpora un programa para poder tener relaciones sexuales), pero hay un sector rebelde dentro de los androides intentando que la verdad salga a la luz y acabar con la tiranía opresora de la humanidad. Los constantes episodios de descontrol de la unidad 4 (desperfectos del programa humanizante) y el intento por parte de otros robots para convencerle de que no es humano, forman el hilo mayormente principal de esta historia que está recubierta por asesinatos y descuartizamientos varios.

La historia es lineal y sin sobresaltos, y explica todo en el final. Los actos violentos se van sucediendo uno tras otro: en las supuestas y malogradas detenciones de los robots, en las persecuciones de Seltz como persona y como su alter ego androide, y en los enfrentamientos que se van suscitando. Podemos vislumbrar en este proceso imágenes de la ciudad donde la historia se desarrolla, congestionada de tráfico, contaminada y dependiente hasta el extremo de la tecnología; una ciudad cuya población no parece vivir feliz, con escaso dinero y entregada a placeres terrenales a cada instante. Así como los intentos de una corporación dotada de un poder sin límites y sus recursos de dominación de la población tanto humana como tecnológica.

Hard Boiled es, en definitiva, una lectura de la violencia, un canto al descontrol, una historia de realidad encerrada en los anaqueles de la ciencia ficción.

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